Pedacitos de ti.
He puesto un plástico debajo de dónde decidí matar tu recuerdo, no me gusta salpicar de tristezas el suelo gris de esta tragedia.
Agárrate las manos, vamos a matarte lento para que te quede claro. Te odio.
Cortaremos, primeramente, tus labios grandes,que ahora que les presto atención parecen ser ya unos labios viejos y usados, por lo visto te has divertido sin mí.
Si, primero los labios.
Suena a que le duele a tu recuerdo, pero no te alteres, vamos calentando.
Continuaremos con un poco de esos pies que te permitieron marcharte y te cortaré el tendón de Aquiles con mi exacto oxidado para que no puedas huir, ni siquiera a morirte en otro lado. Listo.
Suena a que le duele a tu recuerdo, pero no te alteres, vamos avanzando.
Procederé entonces a cortar cada hueco de tí, detrás de las rodillas,la comisuras de tus labios, cada uno de los dobleces de tus dedos, por atrás del codo, en la nuca y sus costados, tu cintura, tus muñecas.
Suena a que le duele a tu recuerdo, pero no te alteres, vamos terminando.
Para rematarte, dejaré un poquito para que sufras y cuando me haya cansado de tus gritos entonces sí, te quitaré algo que me robaste y guardaste muy bien en tu pecho, espera, ¿donde dejé mi cuchillo?, Ah! Sí, aquí junto a la carta que nunca escribiste.
Bueno, un gustazo conocerte.
(Toma el cuchillo, le abre el pecho, rompe algunos huesos y le saca el corazón)
Que bueno que puse el plástico, este recuerdo aun tenía algunas gotas de tristeza que derramar.
Pero no te alteres, ya lo maté.