domingo, 10 de septiembre de 2017

Sobre ser la “amiguita”.

Sobre ser la “amiguita”.

Espero que nunca te encuentres en este caso.

El ente conocido como la amiguita es ese ser extraño e incómodo que es amiga/compañera/colega de tu novio. Pero no vengo a hablar sobre ser la novia y lidiar con las “amiguitas” de tu vato, no, además creo que nunca he tenido que lidiar con alguna, siéndoles sincera no he tenido las suficientes relaciones (lo pongo en plural para no sonar tan santurrona) para poder llegar a tener algún problema así de grave.

No, yo no soy la novia celosa, yo siempre soy esa “amiguita”.

Nunca he sabido a ciencia cierta a que se deba, supongo que tiene algo que ver la cantidad grosera de amigos hombres que tengo, digo si no tienes amigos pues resulta difícil interrumpir una relación (al menos que sean lesbianas, pero aún no estoy muy adentrada en las relaciones homosexuales para poder opinar). Jamás ha sido mi intención incomodar, bueno sí, algunas veces lo he hecho con toda alevosía y ventaja, porque pues no soy la madre Teresa de Calcuta ni mucho menos y porque algunas “novias” me han caído realmente mal.

Pero nunca ha sido con mala fe, lo prometo.

Debe ser también por mi forma de ser, por mi personalidad un poco asfixiante o controladora, celosa, posesiva, ya saben, lo normal.
Por mucho tiempo no entendí el odio “irracional” de las novias de mis amigos hasta que lo puse en perspectiva… ¿qué haría si mi novio tuviera una amiga como yo?.

Me explotó el cerebro, no se trataba de si me conocían o no, se trataba de lo que yo hacía o dejaba de hacer y la manera en que ellas lo veía. Yo no dejaría que mi novio tuviera una amiga que hiciera lo que ellas piensan que yo hago. Es más, yo misma le hubiera hecho dejar de hablarle y la hubiera borrado de FB, hasta alguna vez le hubiera dado un ultimátum de “¿ella o yo?”.

Tenían razón, yo no quisiera una “amiguita” que le escribiera, o que le mandara what’sapp para saber si ya llegó a su casa y no murió en el camino, tampoco quisiera que lo felicitara en su cumpleaños o que se fuera de viaje con él y otros amigos, no quisiera que él recurriera a ella siempre que nos peleáramos o que el primer lugar que fuera a visitar fuera su casa cuando algo malo pasaba, ¿quién demonios se creería esta mujer?, además ella siempre lo abraza y no dudo que lo bese u otras cosas.

Yo me hubiera vuelto paranoica, stalker profesional, acosadora… una pinche vieja loca en pocas palabras.

Ellas tienen razón. No soy el mejor ejemplo de amiga y eso lo entiendo.

Pero… hay cosas que ellas no saben, por ejemplo:
Para empezar yo no estoy enamorada de sus novios ni quiero nada con ellos, si fuera así en todo caso no serían mis amigos. Ellas tampoco saben que ellos van y me preguntan cosas a mí porque… en realidad no sé porque me preguntan sobre relaciones, ¡vamos!, seamos honestos, con mi amplia experiencia en “relaciones largas y exitosas” no podría escribir ni el prólogo del libro que planeo.

Creo que a veces necesitan que alguien los regañe, no alguien que se las haga de pedo (aunque para eso también soy buena) o alguien que los escuche quejarse de ellas, jajajaja eso tampoco lo saben, de 10 conversaciones con mis amigos el 9.9 son sobre sus novias.

¿Y qué hago yo cuando alguno la caga?
Lo regaño, soy su conciencia, soy la que esta jode y jode que no sean pendejos, que no sean infieles, que no anden de cabrones, soy la que le abre la puerta a la 1am para decirles que son unos estúpidos y que vayan a arreglar las cosas con ellas. Soy casi casi su mamá.
Les doy medicina cuando están enfermos, les hago interrogatorios interminables sobre personas que no quiero en sus vidas, los aliento a ser mejores, ¡para ellas!, les ayudo a comprar sus regalos de aniversario o me quemo las manos haciéndoles portarretratos un 14 de febrero y si su pregunta es si al final del día me pesa que no me quieran, la respuesta es NO.

Hasta le he agarrado sabor, ya no me molesta que me borren de FB, que me bloqueen, que los amenacen para que me dejen de hablar.

Tuve un amigo que no me habló como 7 meses porque su novia me odiaba (para serles sinceros, ella sí me caía mal, pero igual nunca le tiraba mierda, porque él estaba súper enamorado), supongo que ella se sentía muy bien, porque pensó que había ganado. Ella no sabía que cada vez que pasaba algo él me hablaba a las 3am para contármelo, y ¿qué hacía yo? escuchar pacientemente, decirle “no la cagues”, “arregla las cosas”, preguntarle que si la quería y decirle que si era así, que todos los problemas del mundo se podían resolver.

Hubo otras muchas cosas que hicieron algunas novias, como contestar el teléfono de ellos, mandar mensajes, como amenazarme, una lista interminables de comentarios lascivos, etc.

Nunca ha sido una competencia, entiendan, siempre estaré en desventaja por el simple hecho de que a ustedes las aman (no en todos los casos), y no planeo competir con nadie, aunque esté en mi naturaleza querer ganar. No es una competencia. Porque ustedes ya ganaron.

No puedo juzgarlas, no están tan locas como aparentan ni yo soy tan mala como creen, aunque haya habido muchas oportunidades de portarme realmente mal , eso de andar de p*** simplemente no se me da, o dio o dará o … (no sé en qué tiempo conjugar este verbo) y tal vez esto no cambie nada de lo que pasa, tal vez simplemente sea que ya era tiempo de dar mi versión, de poder defenderme, de que sepan que el más grande secreto que oculto es que soy la promotora #1 de sus relaciones, de que las quieran y ustedes a ellos, de que sean buenos hombres, responsables, fieles, honestos. Digo, no he conseguido demasiado, pero aun no me rindo, porque sé que en el fondo lo son, solo hace falta un pequeño empujón.

Ya no sé enojen, al final lo único que lograrán es que tenga que guardar silencio cuando le marcan por teléfono o volverme “Fernando” para que no haya problema, ser omitida de las listas de amigos que supuestamente asistirá o que me guarden como “Mecánico Roberto”.

Yo me porto bien, y ustedes hagan lo mismo.

Fernanda

La amiguita