Y todo iba bien.

Y todo iba bien, iba bien, hasta que subió una foto de traje, cabello corto, barba arreglada y solo pensé que así se vería si nos hubiéramos casado, y el problema seguía siendo que yo aún me quería casar con él. 
Y todo va a seguir bien, hasta la próxima vez que me traicione un domingo donde extraño hasta la manera en la que respiraba y su sonrisa retorcida, aunque no esté guapo, aunque no me quiera, aunque ya no exista, aunque nunca haya sido algo verdadero, aunque solo lea lo que habla de él.
Es el recuerdo de su sonrisa lo que me duele, porque he llegado a pensar que como es posible que no fuera nada, me faltó verle los ojos bien,  encontrar la duda que siempre se asomaba bajo sus cejas gruesas, ese sentimiento de que algo me faltaba y ni él podía decir que era. Insuficiente.
La Dra Locuras me puso a escribir sobre él, y sobre otros. Cuando acabé mi muy organizado cuadro de características me hizo leerlas:
-Sigue habiendo muchas buenas Fer
-Lo sé.
- Es una idealización
-Lo sé
-Tu pensamiento es lógico y deductivo, si es tan bueno, ¿por qué hace cosas malas? 
-Ya lo sé.
- Es tiempo que dejes ganar a la razón.

Un “No” se escuchó dentro de mi. 

Mi boca dijo si, pero siempre siempre bajo las penumbras de un si, había un no callado que me impide dejar ganar a la razón.