miércoles, 18 de diciembre de 2013

Para ti

Todo experimento comienza con una incógnita, en este, mi caso, comenzó con un ¿qué tanto le importo?

Entonces ya que tenía mi duda planteada decidí analizar la situación y escoger un procedimiento que pudiera resolver esta duda. ¿Cómo chingaos voy a hacer para saber si le importo?

Escogí un fenómeno que fuera controlable dentro de mis posibilidades y que lograra, obviamente, mi objetivo. Le voy a dejar de hablar , a ver cuánto tarda él en hablarme.

Ya que me lo planteé y tenía al sujeto de prueba, descarte que existiera algún factor externo que afectara el experimento y procure tener una relación “estable” con el sujeto de prueba y no hacerle saber del experimento para que la presión de ser evaluado no afectara los resultados. Ahora que estamos bien voy a dejar de hablarle sin motivo aparente alguno y no le diré que lo estoy checando.

Anote las condiciones iniciales y los avances durante el proceso del experimento. Chequé en que día en FB fue el último que él me hablo y me echaba una miradilla a los inbox de vez en cuando para ver si me hablaba.

Transcurrido el tiempo preestablecido analicé los resultados para poder llegar a una conclusión.
Esperé un mes a que él me hablara a ver cuándo se le daba su rechingada gana y nunca me habló, en UN MES!

Habiendo revisado los resultados formule una conclusión que englobara el propósito, el proceso y la confirmación o el desecho de mi teoría.
En conclusión, él es un pendejo y yo no debo hacer experimentos.

Fin del experimento.


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