Todo experimento comienza con una
incógnita, en este, mi caso, comenzó con un ¿qué tanto le importo?
Entonces ya que tenía mi duda
planteada decidí analizar la situación y escoger un procedimiento que pudiera
resolver esta duda. ¿Cómo chingaos voy a
hacer para saber si le importo?
Escogí un fenómeno que fuera
controlable dentro de mis posibilidades y que lograra, obviamente, mi objetivo.
Le voy a dejar de hablar , a
ver cuánto tarda él en hablarme.
Ya que me lo planteé y tenía al
sujeto de prueba, descarte que existiera algún factor externo que afectara el
experimento y procure tener una relación “estable” con el sujeto de prueba y no
hacerle saber del experimento para que la presión de ser evaluado no afectara
los resultados. Ahora que estamos bien
voy a dejar de hablarle sin motivo aparente alguno y no le diré que lo estoy checando.
Anote las condiciones iniciales y
los avances durante el proceso del experimento. Chequé en que día en FB fue el
último que él me hablo y me echaba una miradilla a los inbox de vez en cuando
para ver si me hablaba.
Transcurrido el tiempo
preestablecido analicé los resultados para poder llegar a una conclusión.
Esperé un mes a que él me hablara a ver cuándo se le daba su rechingada
gana y nunca me habló, en UN MES!
Habiendo revisado los resultados formule una
conclusión que englobara el propósito, el proceso y la confirmación o el
desecho de mi teoría.
En conclusión, él es un pendejo y yo no debo hacer
experimentos.
Fin del experimento.
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