lunes, 3 de mayo de 2021

Tres de cuatro.

 Creo fielmente que los fantasmas tienen olor propio, que se siente un aroma a olvido cuando pasan junto a ti y que se aparecen en los lugares más inhóspitos y aleatorios. 

Lo vi bailando en una pista semivacía, me cruzó un dolorcito en el pecho y  acompañando al olor olvido se presentó la amiga culpa. 

Sentí como su caminar disparejo y sus caderas volátiles se movían atreves de un campo abierto, que haría su pasos de "disparar con indiferencia" y como brillarían sus ojos y esa media sonrisa entre los invitados, pude sentir la tensión de su falsa presencia, casi lo pude ver apoyado en un mezquite junto a los hombres de la boda hablando de mentiras que él se cree como la verdad misma. 

Debíamos ser 4 y éramos 3. 

Y como dije, la amiga culpa siempre me hace señalarme a mi misma. Hasta tal punto que sigo pensando que les robé a su amigo por andarlo convirtiéndolo en un demonio que debía ser compadre no "mi amor". Pero las Fernandas somos necias por naturaleza  y casi imposibles de dejar ir algo que tenemos zurcido en el cora. 

Me tomé otro shot de tequila y me empeñé en alcoholizar tanto a los invitados que nadie notaria que estaba triste por una ausencia que era casi imperceptible.  

¾    Shot al preciso

¾   Shot al de los dineros

¾   Shot a las damas que no eran damas

¾    Shot a mi falsa suegra

¾   Shot a las que rigen 

¾   Shot a los candidatiables

¾   Shot a la novia

¾   Shot al novio

¾   Shot a la mamá de la novia

¾   Shot a mi, pa' que se me olviden los 3/4

 

 

 



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