Creo fielmente que los fantasmas tienen olor propio, que se
siente un aroma a olvido cuando pasan junto a ti y que se aparecen en los
lugares más inhóspitos y aleatorios.
Lo vi bailando en una pista semivacía, me cruzó un dolorcito en el
pecho y acompañando al olor olvido se presentó la amiga culpa.
Sentí como su caminar disparejo y sus caderas volátiles se movían
atreves de un campo abierto, que haría su pasos de "disparar con
indiferencia" y como brillarían sus ojos y esa media sonrisa entre los
invitados, pude sentir la tensión de su falsa presencia, casi lo pude ver
apoyado en un mezquite junto a los hombres de la boda hablando de mentiras que
él se cree como la verdad misma.
Debíamos ser 4 y éramos 3.
Y como dije, la amiga culpa siempre me hace señalarme a mi misma.
Hasta tal punto que sigo pensando que les robé a su amigo por andarlo
convirtiéndolo en un demonio que debía ser compadre no "mi amor".
Pero las Fernandas somos necias por naturaleza y casi imposibles de dejar
ir algo que tenemos zurcido en el cora.
Me tomé otro shot de tequila y me empeñé en alcoholizar tanto a
los invitados que nadie notaria que estaba triste por una ausencia que era casi
imperceptible.
¾ Shot al preciso
¾ Shot al de los dineros
¾ Shot a las damas que no eran damas
¾ Shot a mi falsa suegra
¾ Shot a las que rigen
¾ Shot a los candidatiables
¾ Shot a la novia
¾ Shot al novio
¾ Shot a la mamá de la novia
¾ Shot a mi, pa' que se me olviden los 3/4
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