martes, 11 de mayo de 2021

Tles.

Tles. 

Creo que ahora sí no regresaste... jamás te habías tardado tanto en volver, ni yo me había tardado tanto en buscarte. 

Creo también que tles años es lo suficiente para decirte que por fin ya no te pienso a diario, que no me despierto buscándote en mi cama y que rara vez te sueño. Tal vez por fin se haya desvanecido de mi ese deseo intermitente de que vuelvas montado en un caballo palomino cantándome canciones de Pedro Infante.

Pero te escribo esto por sí algún día andas de metiche acá, que es posiblemente la única forma que nos queda de comunicarnos, por sí alguna noche te despierta la curiosidad y buscas algo que hable de ti.

He de decirte que me encuentro bien, que aquí todos se han casado y reproducido y yo aún estoy en búsqueda de algo que me haga sentir lo que sea. Que pocas veces me desvelo porque mis ojitos ya están cansados, que he roto todas las reglas que me había puesto y he inventado otras tantas que no tardaré en romper. Que espero, ahora sí y en verdad de corazón, que tu si lo encuentres, que alguien te haga sentir que no te falta nada, para que jamás tengas la necesidad de hurgar en el pasado. 

Siempre he sido feliz a mi manera, muy en contra de tus creencias ambiciosas y tu ataques de citadino. Me siguen gustando  las montañas que hace poco se quemaron, busco lugares que tengan agua y hasta tengo un amigo con el que veo estrellas. 

La vida es buena conmigo. 

Tampoco mentiré, hay días que no me gusta dormir sola, que por el placer de sentir amor he caído en lugares que jamás imaginarías. Poco o nada queda de esa persona que conociste hace ya tantos años.

Todavía no sé si me convertí en una mejor o peor versión de mi. Júzgalo tú. 

Me parece que entre las cosas que nos quedan por vivir juntos solo hay un par de funerales y algún día de coincidencia que te encuentre por ahí. 

Gracias infinitas por no volver. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario