Premonición 13/31

Premonición.

Soñé esto 1 año, 7 meses, y 25 días antes de que pasara. Y pasó.

A veces me da miedo el escribir mis sueños, porque tiempo después se hacen realidad, lo malo es que no siempre son buenos.

13 de abril de 2018 (block de notas de mi celular).

Hoy tuve el sueño más raro.

Soñé a Satanás, haciendo por fin lo que yo quería que hiciera, que al fin “haría las cosas bien”. Jamás lo vi más triste.

Después de ser atrapado en sus mentiras y desterrado de su círculo vicioso, él le suplicaba a ella que lo perdonara y empezaba a llorar. Joder, jamás lo había visto llorar. A veces se me olvidaba que el también siente cosas y que lo que yo le pedía no tenía sentido alguno porque era como pedirme a mí misma que lo dejara.

“Hacer las cosas bien” le dolía, lo veía sufriendo por hacer mi voluntad y después se convertía en un ser amorfo, callado, sin amor y sin ganas de merecerlo.

Yo estaba tan feliz de hacerle daño que me di miedo. Yo no soy así. De esas que hacen cosas para joderte, con intenciones de hacerte daño.

En el sueño le ayudé a levantarse en un mar de lágrimas y luego lo llevé a sus casa, le lave la cara y lo senté en la cama, le tome la mano y le dije que todo iba a estar bien y me puso esa cara, la misma que yo pongo cuando me dicen eso, la cara de sabemos que estas mintiendo descaradamente. Era cierto ya no iba a ser igual, las cosas no estarían bien en mucho tiempo, estaría triste y roto. El trató desesperadamente de volver a rastras a lo tóxico y feliz. La quería como yo a él. Enfermo e inconveniente, pero real. Me lamente quererlo y ofendido me preguntó ¿A cuál extrañas más? ¿Al que soy? ¿Al que fui? ¿Al que odias? ¿Por el que rezas? ¿O al qué crees que puedo ser?

Esa era la razón por la cual me enamoré de él, sabía que estaba tan retorcido como yo, que debajo de sus preguntas siempre había dobles intenciones, como por ejemplo decirme que él no puede ser todas esas personas.

Y aunque todo fue como quise y fantasee mucho tiempo, sigo sin saber si fue un sueño o una pesadilla porque ninguno de los dos estábamos felices.