domingo, 19 de febrero de 2023

Atravesada

"Hoy mi alma sabe que estás bien pero tú , tú dime ¿Quién estará para aliviar mi dolor si ya no estás tú?"
"La Dosis perfecta", Panteón Rococo. 


Atravesada 

Me la cruzaba en cada esquina, incluso en lugares que eran tan poco probable que estuviera que parecía brujería. 
Al principio pensé que era yo, que era yo la que no soltaba ese asunto pero después de soñarme en paz y sin odio entendí que la que necesitaba ese divorcio espiritual era ella. 
No tenía ningún asunto pendiente que resolver con esa mujer. Pero por lo visto ella si lo tenía conmigo. ¿Es verdad que se comparte la energía con las personas que dejamos entrar? Ella y yo definitivamente habíamos compartido algo más que el gusto enfermo por los mitómanos. 

Sentía como me tenía atravesada, como me deseaba el mal cada vez que nos topábamos. Sentía muy bien ese ki maligno y la estela que deja cuando ya no está ahí. Casi podía escuchar la discusión en la camioneta y los reclamos de ... ya ni se que podría reclamarle. ¿Qué estuviera yo viva?¿Que le siguieran gustando las mismas cosas que a mi?¿Que la suerte nos cruzara por la eternidad?

Ha de ser más frustrante no tener de que quejarte. 

Por mi lado, seguí bombardeada con cosas que ya no me interesaba saber, era como si me hablaran de una persona a la que solía conocer. 
Como si fuese ese cascajo de un tipo al que si valía la pena querer.

Ese sentimiento de melancolía no lo tomaba más que con tequila a las 3 am. Ahí dejaba que me inundara y luego lo desaparecía en la resaca. 
Me repetía constantemente que no puedes extrañar a alguien que ya no existe. Que lo único que te queda para poder torturarte son recuerdos por desgracia, los tengo escrito en todos lados. Pésima forma de querer olvidar a alguien. 

Siento que despúes de muchos años había sanado completamente, tanto que hace unas noches recé por él. Cosa no muy propia de mi. Cuando mis amigos me lo nombraba siempre les decía "No ando por la vida deseandole el mal, pero tampoco le deseo el bien", siempre sentí que no se lo merecía. Pero al final del día yo no soy quien para juzgarlo. Así que mientras me lavaba las manos a las 2 am me acordé de él y pensé que tal vez, solo tal vez, no se merecía tanta mierda. y nació en mi las ganas de pedirle a Dios que lo ayudara con todo, con es hoyo gigantesco que represento en lo fisico sin saber que era lo que trae adentro, que lo iluminara, y por ultimo, por los viejos y buenos tiempos, que lo bendijera. Que en mí no habían más palabras de odio y que si alguna vez le había puesto una maldición con mis palabras, la levantara. 

A veces no merecemos los castigos que hemos escogido... o sí. 







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