sábado, 17 de marzo de 2018
Hades
Hades besa bien. Como rico y despacio y luego fuerte, como prohibido pero al alcance de la mano. Él besa bien y no quiero saber más.
Hades tiene esa sonrisa malvada, esa que solo le sale cuando piensa algo inapropiado. Esa misma de cuando adivino lo que está pensando y se lo digo. Como la cara que pone un niño cuando lo cachan en la travesura. Esa cara pone cuando me jala, cuando me pide que vaya, cuando me ve con sus ojitos lindos, escasos, adorables.
Hades tiene manos bonitas, la piel morena y el cuello siempre le huele bien. También posee un raro sentido de lo correcto. De los límites de las personas y de mis límites.
Él los rompe todos, porque es lo que quiere. Hades es caprichoso y quiere todo cuando él así lo desea. Y lo obtiene la mayoría de las veces. Si te dejas arrastrar por Hades, será muy difícil decirle que NO a lo que pide. Por qué te envuelve en él, en su vida, en sus ocupaciones. Es tan egoísta que te dice que no te quita nada pero no te deja usar nada.
Hades es sensual, desde sus lunares hasta su bonita nariz, desde su peinado de niño bueno y sus brazos que te pueden abrazar fuerte.
Hades es un dios… del inframundo, pero Dios al final de cuentas.
Pd. Me acordé. Perdón.
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