Corazón que no siente.
Verán. Satanás fue un maldito
desgraciado, pero viéndolo ahora, ya fríamente, yo también lo engañé. La única
diferencia es que él nunca se enteró y yo sí.
Lo engañé un montón de veces,
cada vez que nos enojábamos y no podía reclamarle nada, cuando todo nos salía
mal.
Lo engañé cuando me fui a comer
con unos amigos y antes subir a la
civilización dejé que una sonrisa me hiciera perder el juicio, justo el día que
iba a verlo a él en la noche.Ese día llegó drogado y yo ni lo noté.
Lo engañé cuando en forma de
venganza invité a otra persona a un lugar donde se supone que íbamos a ir, todo
para darle celos y él ni siquiera fue. Así que terminé llevando a su casa al
vato utilizado y lo despedí con un beso que le debía de hace como un año atrás.
Lo engañé cuando me encabroné
porque no iba a ir conmigo a algo y se iba a ir con alguien más a otra cosa,
así que terminé dejando que una botella de vodka, mis ganas de mandarlo a la
chingada y una voz bonita me besaran los ojos.
Lo engañé cuando me destrozó el
corazón y todavía me regañó y no pude contestarle nada porque cada palabra que
decía me parecía incoherente así que para sentirme bien salí con un tipo que
siempre quería salir y yo le daba largas, muchas largas. Ese día me arreglé
muchísimo, me puse un vestido bonito y salí a cenar con alguien que sí me
quería y que bien me la pasé.
Lo engañé cuando lo descubrí besándose
con esa tipa con la que yo sabía que sí quería algo y qué él negaba. Así que me
recogí el vestido, me hice un chongo y fui a cobrársela en las escaleras. Con
el wey que le dije que no me gustaba cuando me lo preguntó.
Lo engañé cuando hablaba con el
que estaba políticamente incorrecto hablar y con otros que omitiré porque no
quiero ir a la cárcel.
Lo engañé cuando me salí en la
madrugada a convencerme a mí misma de que una sonrisa sexy no podía vencerme.
Lo engañé cuando fui a ver
películas con el vato buena onda y me dio cacahuates de los de la RIC.
Lo engañé cuando fui a ver
otras películas con pizza y vino. Y me la pasé muchísimo mejor que con Satanás.
Muchísimo mejor.
Solo aclaremos algo, no le fui
infiel ni una sola vez. Éramos amigos. PALABRAS SUYAS. ¿Cómo le pones el cuerno
a tu amigo? Según él, jamás mintió.
Pero si lo engañé. Todo este
tiempo él pensó que yo estaba triste y sola en mi casa, llorándole o
perdiéndome en el alcohol para olvidarlo.
No fue así. Yo busqué amor
fugaz en otros lados, en muchos otros lados. Y vaya que lo encontré. Mientras
él estaba con ella. Yo también fui culera. Pero él no lo sabe.
Y ojos que no ven, corazón que
no siente.
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