jueves, 18 de julio de 2013

Y tú ¿A qué te aferras?

Y tú ¿A qué te aferras?

Al pasado, al presente, al futuro, al querer ser mala, al parecer ser buena, al orgullo, al odio, a la venganza, a la soledad, a la tristeza, al amor.

No importa cuán inteligente seas, o cuántos libros hayas leído, al final, todos sufren por amor.

Por diferentes amores o por uno solo, no hace falta más que la existencia de una persona para poder arruinarte la tuya; jugando, gritando, amando, todos sufren amando.

Y digo todos, porque me gusta generalizar y hablar por todos, porque lo he visto a mi alrededor, con decepciones de mis amistades, y me dan más argumentos las lágrimas que he visto derramar por ese estúpido y loco amor.

Las pruebas me aportan el sustento de decir que todos sufren de amor y que si todos sufren ¿por qué no lo para de una buena vez?
¿Por qué somos masoquistas? ¿Por qué somos tontos? ¿Por qué  además de sufrir también gozan cuando están inmersos en tal deleitoso placer?

Tengo vagos y difusos recuerdos de mi época de zombie, cuando me dejaba guiar por mis instintos, extrañamente todos son felices. No sé si se debe a mi falta de intención de recordar mas a fondo o al el truque que hizo mi consiente para dejarme ser banalmente feliz.





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