lunes, 18 de diciembre de 2023

Querer al que te quiere.

Últimamente tengo el leve presentimiento de que estoy a unos pocos pasos de leer la mente.

Caminábamos sobre una calle muy concurrida y él volteó hacia mi y sabía perfectamente que quería besarme. 

-Aquí no- Dije anticipándome a su intención. 

-Aquí no, ¿qué? 

-No me beso con la gente en público.

-¿Te da pena que te conozcan?es San Luis, nadie te conoce

Falso. San Luis en diciembre es Rioverde en domingos. 

-Nunca he sido una exhibicionista.

Falso. Si supiera de las cosas he hecho y lugares públicos que conozco demasiado bien en lugar de desalentarlo lo alentaría.

Seguimos caminado y nos encontramos un mercadito dominical. Entramos a buscar a mi amiga artesana y me compró un peine de madera y una crema de karité.

Mientras andábamos le conté que lamentaba presentarle una versión tan áspera de mi. Una que se pegaba la mano al cuerpo porque no quería que la tomara, una que no era detallista, le conté de la vieja yo, que era una persona menos rota y que la yo que él conocía desde hace muy poquito era una yo que no me era muy acorde a mi manera habitual de presentarme al mundo, está yo estaba asustadísima de gustarle. 

Él me veía con ojos de amor y yo solo pensaba en que me dolían los pies. <pinches botas> decía una y otra vez para calmar mi miedo de que se acercara más. 

Fuimos a comprar cosas navideñas y lo veía sostener todos los adornos que tomaba de los estantes, se acercó a darme un beso y no lo detuve.

<<Es lo que querías>> me recriminé mentalmente. 

Él fue por un carrito y yo me quede sola con mis pensamientos.

<<Eso querías… pero no con él>> 

Estaba jugando a gustarle e iba ganando. No sentía absolutamente nada. Ni pena, ni alegria, ni satisfacción. Sabía perfecto que le rompería el corazón y todo lo que me llenaba era la culpa. 

Él regreso con un carrito, acomodó las cosas y se colgó mi bolsa.

-Soy un hombre que resuelve- me dijo orgulloso. 

Durante todo el trayecto me puso dentro de la acera y jamás me dejó del lado de la calle, me cuido de todo y cuando estaba yo muy cansada nos sentamos en el rodete de un árbol.

Tomo mi pie y empezó a masajearlo.

<<Es lo que querías>> me volví a recriminar. 

Ese hombre pasó 8 horas de compras y no se quejó jamás, incluso cuando cambie el moño navideño seis veces. 

<<Es lo que querías>> continuaba recriminándome mentalmente. 

Comió pizza fría y se despidió con un abrazo. Sabía que quería besarme, pero no lo dejé.

No sentí nada. Me disculpe catorce veces por los inconvenientes, por la caminata, por mi indecisión de que moño escoger, por la gente, por la espera, por no poder pasar tiempo juntos, pero en realidad estaba disculpándome por no quererlo. 

Lo entendí ahí. De salida de San Luis mientras alzaba el dedo de enmedio al triangulo que formaba la parada de autobús. 

No podemos escoger a quien querer y esta vez, me toca ser la mala de la historia. 

A cada cosa que le decía pensaba mentalmente que estaba mintiendo. 

-Lo siento mucho, no estoy lista para una relación. 

Falso, quiero una relación pero no contigo.

-Me encanta pasar tiempo juntos. 

Falso, me siento obligada porque no puedo corresponder su cariño.

-Quisiera despertar contigo, espero verte pronto.

Falso, me gusta la amplitud de mi cama y si quisiera despertar con alguien no es con él.

-Siento que no he superado lo último que pasó. 

Eso si era cierto. A cada paso que daba quería decirle “A … le gustaba hacer eso” “A … le encantaba esa canción” “ … odiaría estar esperando 3 horas en Costco con tanta gente. El hace el súper los lunes” 

Quise cambiarle el nombre mil quinientas veces. 

La última se me salió un “Mi… vida, me pasas la caja esa”  

Que fácil sería esta vida si quisiéramos a quien nos quiere, y ahí está este pobre cristiano haciendo todo bien, porque no es lo que haga, es que simplemente no quería que lo hiciera él. 

domingo, 3 de diciembre de 2023

Kurz

Las personas dicen siempre que uses tu perfume favorito, saques la vajilla de la abuela en un día cualquiera y te pongas ese vestido azul que te encanta sin razón alguna, que no dejes las cosas especiales para fechas especiales ni por motivos especiales.

Existen tres cuadros de Star Wars que yo misma pinté, ahora viven guardados en mi clóset desde hace dos cumpleaños esperando que “las cosas estén bien” para ser entregados. 


Ayer los vi, los envolví en alguna papel que encontré en mi antigua casa y supe que no serían nunca colgados dónde quería que fueran colgados. Así terminan las cosas: ocultas y envueltas en un lugar que no deberían ocupar. 

 

Junto a esos cuadros había una carta. De esas a mano que no escribía más. Una hoja blanca de maquina escrita con mi mejor letra en tinta negra que  empezaba con un “Querido M…” y decía, entre otras muchas cosas, un “he logrado entender porqué  tratar de dejarte se ha vuelto casi imposible: es por la sencilla razón de que estoy usando el procedimiento inadecuado, muy protocolario, aplicando técnicas ancestrales para dejar de querer a alguien cuando en realidad lo que necesito es dejar de amarte”.


Ese “Te amo” implícito llevaba más de dos cumpleaños en el closet, creo que llevaba más que mi INE que antes fue IFE, y haciendo sumas y cuentas, llevaba más que cualquier prenda en ese closet. 


Catorce años, ni más ni menos.

 

Espere 14 años para volver a decirle a alguien que lo amaba. La carta terminaba con un “Te quiere Fer” como siempre han terminado mis cartas. 


Lo peor (o mejor) es que ni la entregué, ni lo dije, ni fue leído y morirá en ese closet otra vez. 

Si mis cálculos son correctos y la estadística no miente, tendré 44 años para el próximo “Te amo”. Espero que no se vuelva añejo y que aún polvozo y viejo como su portadora no sepa a vinagre, que no espere el momento adecuado para salir y me sorprenda en un beso a alguien que no se quede corto y que pueda contestar que él también. 

martes, 24 de octubre de 2023

Suma inapropiada.

Necesidad.-Impulso humano o motivación dirigido a satisfacer una carencia de naturaleza variable.

Yo lo había descrito alguna vez como la gravedad misma, que me jala irremediablemente a su centro. Que entre más cerca de él estaba era más mi impulso de meterme en sus entrañas y vivir en él. Así lo sentí. Pero no soy la luna ni el mundo. 

Estaba contrariada limpiándome las lágrimas de los ojos mientras repetía en mi cabeza su última frase “Entonces me empiezo a distanciar, verdad?” 

-Si, es lo mejor. 

-Ok, nos vemos

Me dio un abrazo rápido y se fue. Llevaba casi toda la mañana acostada en el lado izquierdo de mi cama hasta que él me dijo que fuera hacía su lado, extendió su brazo y me acurruqué. Ambos sabíamos que era el fin. No de nosotros pero si de esta era difusa donde habíamos borrado los límites y nos metimos uno con el otro hasta puntos difíciles de distinguir. 

-Te quiero y no quiero perderte. No puedo con más pérdidas este año. Y solo me he sostenido de ti pero ya no puedo, estás en todas partes y este cariño se está volviendo inapropiado. Es lo mejor para ti, para mi, para todos. 

El estaba con los ojos cerrados y una camisa de papá de domingos. Escuchaba su respiración y me acercaba a su pecho. 

-Esto que estamos haciendo tampoco es muy de “amigos”. 

-Me quedan 40 minutos de ser inapropiados y después te irás. 

Creo que nunca había llorado en su pecho. Pocas veces me había visto llorar y pocas veces había sido yo también quien limpiara sus lágrimas. No era propio de ambos mostrarnos frágiles y vulnerables. 

Jamás me enamoré de él. Siempre se lo dije. Sabía que era un amor que no me tocaba. Amarlo seria como ir a 300km/hr y estrellarme contra un muro. Sabía que no saldría ilesa de ese golpe y que sería terrible dejar de quererlo. 

-¿Sabes quien es mi mejor amigo? 

-Si,Ele. 

Me sorprendió que supiera, aveces ignoraba las cosas importantes y prestaba atención a los pequeños detalles. 

- Asi es, y ¿sabes por qué? 

-Porque siempre han sido solo amigos.

- Asi es, ni un beso, ni un gesto inapropiado, nada. 

-¿Por qué no podemos ser así? 

-No lo sé, tú dímelo.

-No lo sé.

Ambos mentíamos. Si lo sabíamos. Había veces que en la platica se quedaba un hueco vacío, uno que debía llenar con un beso, con su mirada de ven, con mis labios mordiéndose, pero no lo hacíamos. No estaba loca, él también lo sentía. Pero nunca seríamos suficientemente valientes para admitirlo. 

La diferencia era clara, yo quería a Ele y si, es mi mejor amigo pero a él lo quería más y diferente. Se sentía como una llama que me ardía en la garganta, como una condescendencia inexplicable a sus cambios abruptos de humor combinados con miles de botellas de wiskey que habíamos bebido. La amnesia y la mala intención existía y siempre era justificada y enterrada en la resaca. El alcohol siempre fue un pretexto pero lo cierto es que yo lo quería en mis cinco sentidos, quería olerlo y tocarlo siempre. Me atraía como la gravedad y yo me rehusaba a ser la luna y él mi mundo. Está ocupado enamorado de alguien más y yo tenía el corazón aún roto. No puedes construir en los escombros ni amar en la oscuridad, sabía que se pasaría, que el tiempo y la distancia nos volvería a alinear en el camino correcto, donde no hay reclamos de personas falsas, ni peleas de 4:20 am, donde me pregunta porque soy así, porque él es así. ¿Por qué no podemos ser únicamente amigos como lo hemos sido todo este tiempo? 

Esa era una mentira también, como enferma de negación, había bloqueado esos recuerdos donde cruzamos la línea, una vez, dos veces, seis veces. Lo “enterré” y decidí ignorarlo. Y hoy había florecido en la misma tierra que le juré muerte. Venían a salir brotes con las lágrimas que los regué. 

Inapropiada manera de darse cuenta que todo este tiempo, 1+ 1 siempre fueron dos. 

domingo, 17 de septiembre de 2023

El ruido de tus zapatos.

"Y ya ven a mis brazos, que estaré contento cuando escuche el ruido, que harán tus zapatos"
La Arrolladora Banda El Limón, 2013.


Me he tenido que explicar muchas cosas al despertar del día de hoy; como, por ejemplo: ¿qué hacía dormida abrazándome a mi misma, con la mano bajo la cara y la otra sosteniéndome por la cintura?

Juro por Diosito santo que pude sentir como estaba ahí, respirándome en la oreja, oí sus ronquidos y sentí lo áspero de sus eternas calcetas inseparables de los pies que le da pena mostrar, sentí el calor del aire que exhala sobre mi cuello y como apoyaba su nariz en lo alto de mi espalda, sentí como me sujetaba de todos lados y al intentar moverme me sostenía más cerca de él.  Escuche un “buenos días”, la presión de la cama moviéndose al levantarse, su sonido al caminar, no quise moverme ni abrir los ojos, tal vez eso lo ahuyentaría, tal vez, si seguía inmóvil en mi lado de la cama, él se movería sin despertarme de mi ensueño.

Se sentó para ponerse los zapatos, ese sonido de matraca para ajustarlos, se oían sus pisadas firmes pero ligeras y aunque no lo estaba viendo sabía perfecto que traería puesto un pantalón de mezclilla, una playera negra que dijera Ecoa-sabe qué y un cinturón que se apretaba demás, fajado como niño de kínder.

Se paró al lado de la cama, se acercó y me dio un beso.

Ahí abrí los ojos.

Lo que seguía no quería escucharlo, se volvía no solo un sueño si no una ilusión que estaba desechando. El diría algo que nunca pudo decir de frente y yo escucharía algo que sabía que no era cierto.

Iba a decir te quiero, que mamada.

No tenía permitido mentalmente caer tan bajo en mis propias alucinaciones, no me daba chance de flaquear emocionalmente, podía extrañarlo, podía entrar en crisis a las 3 am y volverme un poco loca, tenía permiso de mentarle la madre a La Florida cada que pasaba por ese triangulito al entrar a SLP, podía incluso dejar una que otra canción que significara algo, pero no podía en ningún caso, bajo ninguna circunstancia, imaginar que me quería. Eso sería lo más bajo de lo bajo. Después de la oda que había hecho en año y cacho demostrando en cada paso y en cada acción exactamente lo contrario a querer. Me prohibí ser la señora golpeada que saca al marido de la cárcel porque tal vez se merecía esos putazos. No podía desbloquearlo, mi Fernanda del pasado borro cada foto, cada conversación, cada cosa que pudiera contener información de él de manera que si un día me daba ansiedad no me quedara otra que controlarla. Que si un día me lo encontraba no iba a ser porque yo lo anduviera buscando.



lunes, 4 de septiembre de 2023

Morir de frío.

Ayer fue el primer domingo que no deseé que estuvieras aquí. Me tomó algo así como cuatro y medio meses poder sentir eso. 

No haces falta en mi mente los días siete y poco a poco se me ha desvanecido el deseo de recostarme en tu pecho y sentir tu olor enrredándome las piernas y besándome la frente. 

Ayer fue diferente. Aunque mi cama y yo tuvimos una aventura dominical nada me recordó a ti. 


Ya no dueles tanto. Solo a veces, solo poco. Ya no dejo que la tristeza me soborne y me ponga a buscarte en cualquier lado que sé que no te encontraré y mi yo cuerda ha deshecho cualquier rastro de que estuviste aquí. De que fuiste tan real como el aire que respiro.


No tengo fotos de tu rostro ni marcas en mi cuerpo que algún día estuve sumergida en la idea de que fueras el bueno. 

El que si valía la pena. 


He hecho una lista de difusión en WA para decirles “buenos días” a el empujón de autoestima que me dan los tipos que siempre me dicen guapa, así en lugar de darme tristeza me da risa. No escucho canciones de amor ni le digo te quiero a nadie. 

Porque no los quiero. Siento que ya no quiero querer a nadie. 


No tengo espacio en mi mente, en mi alma ni en mi ser para ningún marino errante que se disfrace de oveja para descansar en mis montañas. Cerré el centro de rehabilitación de pendejos y he descolgado la escalera blanca que adornaba mi puerta. 


Estoy llena de cicatrices por todos lados. Unas las podrías sentir sobre mi piel y hay otras tan profundas que ni con laparoscopia podías ubicarlas, nacen en mi pecho y se ocultan detrás de mi corazón. Soy un cúmulo de errores que me han prohibo abrir la puerta, sin importar si tocan o si hay alguien afuera intentando derribarla. 


Me guarde mis te quieros, mis te amos y mis te extraños para la siguiente vida, donde alguien tenga algún viejo derecho a merecerlo. 


Por lo pronto solo hay velas pequeñas que no me molesto en pagar y no me calientan pero evitan que muera de frío. 

martes, 25 de julio de 2023

Sana, sana colita de rana.

 Sana, sana. 

Que horribles costumbres tiene uno. 

Desde dejar cosas tiradas por el suelo, dejar los cajones abiertos, hasta volver con su ex. 

No vuelvan, repito, no vuelvan. 

Este es un recordatorio para ti misma Fernanda García, que lo escribe la Fernanda del presente en pleno uso de sus facultades mentales. 

Solo quiero recordarte, ese día, ese día y tú sabes cual es, llegaste hecha triza a casa de tu mejor amiga, llorando como si alguien hubiera muerto. Yo personalmente creo que algo murió, probablemente la idea que tenías de él. Ese día Don Heraclio, Santo Heraclio, te ofreció un tequila porque estabas fuera de ti. Pregunta, ¿dónde estaba él? 

Exacto. 

Hasta aquí mi reporte Joaquín. 

La máxima que he tenido en estos últimos años es que las personas no cambian, fingen, intentan, pero son poquísimas las que lo logran. A veces se me olvida, porque es deliciosa la esperanza de que esta vez, por primera vez, estes equivocada. No va a ser así. 

No vuelvan con su ex. Es lo mismo. Aunque diga que no, aunque se la pasen chido, aunque piensen que no es natural que el universo los coloque una y otra vez frente al él, no son nuevas oportunidades, son un “mira morra, te recuerdo que este vato NO es el vato que quieres ni debes querer”. 

No vuelvan con su ex, ni aunque quieran una nieve al mismo tiempo, o completen las frases del uno y del otro, aunque los lleven a sus lugares favoritos, aunque amen la seguridad que les ocasiona, aunque parezca que pueden cambiar, aunque conozcan a las mismas viejitas de puerto de Martínez y casualmente sigan a las mismas chicas trans en Instagram, no caigan, no es el universo, no es un hilo rojo que los une, no es nada de eso. Es la manipulación emocional, es la tentación del sabor de una cheve para un alcohólico, un toquecillo de mota para un drogadicto y un “día perfecto” para un codependiente que vuelve a su zona de confort. No caigan. Porque ese putazo no duele menos que el primero. Ni que el segundo. Pero haz que el último putazo de realidad sea exactamente eso: el último. 

¿Qué quiere cambiar? Déjalo que cambie, ¿Qué quiere ser mejor persona y arreglar su vida? Déjalo que lo haga si es que verdaderamente quiere hacer, ¿Qué ahora esta trabajando en si mismo? Déjalo que trabaje, dale amor y luz desde lejos y déjalo ir.

No seas el bastón de esa tragedia griega, no cures gente, no seas centro de rehabilitación para personas que terminaron una relación larguísima y se siente bien contigo porque eres a toda madre y les das amor, paciencia, los escuchas y porque “pobrecitos”. Ni madres. No, no, no, no, no.

No lo olvides, LA GENTE NO CAMBIA.

martes, 20 de junio de 2023

¿Quién perdió?


Hace 40 grados afuera y estoy en el clima en mi lugar seguro preguntándome si me extrañas. 


Se la respuesta. 


Son las 6:28 pm y quiero salir de mi y volar muy lejos. Anoche no dormí bien y pedí que tú tampoco. Pido cada noche que todos mis desvelos sean revertidos. Que des vueltas en la cama y te moleste la sábana, el aire, la falta de aire, que la almohada sognare te lastime el cuello y en la mañana estés más cansado que la noche anterior. 


Mis malos deseos se reducen a eso: No duermas. 


Que el insomnio te traicione y no sepas porque. Yo si sé. Soy yo velándote las trasnochadas. Quiero sentir que tu fuiste el que perdió. Que me quede sin pareja y sin hermano y aún así salí ganando. 



Quiero sentir que no hay nada que extrañar, ni recuerdos en cuales acurrucarme. Ni buenas noches no dichas ni buenos días a las 6am. Quiero sentir que algo se fue y algo mejor vendrá. Lo deseo con todas las fuerzas que me quedan.


No soy una sanadora profesional, tampoco curo gente ni voy por la vida siendo una escalera. No soy el viaje que te lleva a tu destino ni la mano santa que cura heridas. Quiero ser el hoyo donde la gente se hunde y usen alguien más para salir. 


No quiero ser un ser de luz que ilumina el camino de nadie. Quiero saber que gané porque te perdí pero tú me perdiste a mi. Y perderme debe ser mucho peor. Porque despedirse de alguien que no te quiso puede ser doloroso, pero no tiene que ser una tragedia. Pero perder alguien que si te quiso, bueno, definitivamente se debe sentir peor que esto. 

jueves, 25 de mayo de 2023

Noche Triste 208

Estar con él se sentía regresar a tu casa de la infancia. Conocía todos su lugares secretos y la manera en que debo moverme, las dimensiones de sus espacios y dónde levantar la llave para abrir la puerta. Se sentía tan propio que casi olvido que esa no es mi casa. Ya no. 

Olvidaba el frío que hacía cuando no sabía quedarse, el olor de su pecho cuando no se ha bañado y la falta de besos porque nadie siente nada. Olvidaba la incertidumbre y los años de preámbulo para llegar a un risco sin salida. No sabe a casa, sabe a lugares que ya no visitaba y olvidaba porqué.

Era peligroso el sentimiento de tristeza que ambos compartíamos y el desamor que nos unía. 

No he besado a nadie desde que me rompieron el corazón y sé que ese beso que buscaba en sus labios no arreglará nada.

Después de buscarnos sin encontrarnos él se fue lejos. Otra despedida para la que no estaba lista. 


Estoy rota a un nivel que nadie puede arreglarlo. Ni el mismísimo rey del infierno. Ni ningún Ángel caído. Y empiezo a creer que ni yo misma puedo reparar mi fe en la humanidad. 

Siento que no estoy empezando desde cero. Que empiezo desde -1000. Que el agujero tan hondo en el que he caído no tiene escaleras ni atajos para subir. Soy solo yo con un par de manos, medio pulmón, una rodilla rota  y un recuerdo de una risa que me martilla en la mente cada vez que me percato que se ha ido.


Y aún aquí abajo escucho su voz, y un rayo de luz que llega al inframundo. Una caricia de sol que me dice que “todo va a estar bien”.

Y eso espero. Que todo vaya a estar bien. 

jueves, 23 de febrero de 2023

La gata mojada

 “Amor,si alguna vez nos vemos por ahí, invítame a un café y hazme el amor”
La gata bajo la lluvia, Rocio Dúrcal.


Siempre he sido una apasionada por la música de Dúrcal, desde sus duetos con Juan Gabriel, hasta esas canciones de amores desafortunados. Mi favorita sin lugar a dudas ha sido siempre esa canción.  

Nunca pensé que sería un presagio. 

No quiero empezar esto con la frase de las personas dañadas “Mi terapeuta dice…” 

Pero mi terapeuta dice que tengo que convertir la tristeza, el enojo y este duelo en algo tangible: que pinte, que escriba, que queme todo lo que me duele. ¿Cómo le explico que no tengo nada tuyo y lo único que puedo quemar es a mi misma? 

Las cartas a mano se conviertieron en mensajes que guardo porque son mi diario personal para recordar lo que sentía, la memoria miente y modifica lo que en realidad pasó. 

Hay una infinidad de escritos para recordarme cómo Satanás rompió mi confianza y cómo Voldemort me hizo perder la fe en la humanidad.

Es por eso que te escribo aquí. 

Sé que lo leerás. Eres curioso y narcisista. Te gusta que escriba de ti porque nadie nunca te había escrito.

La terapia ocupacional no me funciona y estoy harta de escuchar “te vi venir” de Sin Bandera.


Yo escribo para sacarlo todo de mi sistema. Ya no me duermo pensando ¿qué hice mal? ¿por qué no funcionó? ¿por qué no me quieres?. No soy una víctima de esto pero me queda claro que no fue mi culpa… ni la tuya. Timing is a bitch. No debí o no debiste, pero igual lo hicimos. El hubiera ya no existe y si existirá estaría viéndome decepcionado.  

Dejé todo lo que había aprendido en 10 años de malas y pésimas decisiones amorosas por querer tener algo bonito. Tenía tanta hambre de algo bonito, de un ser de luz que me quisiera de esa forma que quiero que me quiera: absoluta y totalmente. 

Mis expectativas, como siempre, superaron lo que tenía para mi el destino. No quiero pensar que pido mucho. Es más, nisiquiera quiero pedir nada nunca más. Es que el amor no debería costar ¿o si? No debería ser algo “que intentar” 

Tal vez todo el amor que quiero está aquí, pegándome en la cara. Simplemente que lo reparto en lugar de entregármelo a mi.


Una frase de 4am me lo susurro al oído. “Te quiero siempre como mi amiga” 

Tal vez mi destino es amar desgraciados y convertirlos en mis amigos. 

Tal vez mi destino es irme de viaje a Egipto con divorciados que buscan encontrarse otra vez. Es que en verdad soy divertida en la fiesta y sé escuchar en el café. Acaricio a las personas que necesitan ser acariciadas y cuido a los míos hasta morir en la línea. 


Divago en mis alucinaciones y busco respuestas que no hay. No existen. Estoy hastiada de mi misma abrazando mi almohada king size tamaño G imaginándome si tú piensas en mi como yo en ti, si me extrañas como yo a cualquier hora en un día cualquiera. 


Tal vez, simplemente, no me ha llegado el amor y algún escribano maldito se brincó de página y dejó pendiente mi historia, esa dónde un noble europeo me atropella en su visita guiada a mi Rioverde. 

Puede ser también que esa historia no exista y sea solo yo escribiendo cosas para los demás. Que me vuelva standupera y aparezca en los reels de Instagram hablando de lo difícil que es “salir” con alguien a esta edad. Que alguna persona me genere interés y sea más que la diáfana esperanza de sentir algo, lo que sea. 


“Y si ya no vuelvo a verte, ojalá que tengas suerte”

 



domingo, 19 de febrero de 2023

Atravesada

"Hoy mi alma sabe que estás bien pero tú , tú dime ¿Quién estará para aliviar mi dolor si ya no estás tú?"
"La Dosis perfecta", Panteón Rococo. 


Atravesada 

Me la cruzaba en cada esquina, incluso en lugares que eran tan poco probable que estuviera que parecía brujería. 
Al principio pensé que era yo, que era yo la que no soltaba ese asunto pero después de soñarme en paz y sin odio entendí que la que necesitaba ese divorcio espiritual era ella. 
No tenía ningún asunto pendiente que resolver con esa mujer. Pero por lo visto ella si lo tenía conmigo. ¿Es verdad que se comparte la energía con las personas que dejamos entrar? Ella y yo definitivamente habíamos compartido algo más que el gusto enfermo por los mitómanos. 

Sentía como me tenía atravesada, como me deseaba el mal cada vez que nos topábamos. Sentía muy bien ese ki maligno y la estela que deja cuando ya no está ahí. Casi podía escuchar la discusión en la camioneta y los reclamos de ... ya ni se que podría reclamarle. ¿Qué estuviera yo viva?¿Que le siguieran gustando las mismas cosas que a mi?¿Que la suerte nos cruzara por la eternidad?

Ha de ser más frustrante no tener de que quejarte. 

Por mi lado, seguí bombardeada con cosas que ya no me interesaba saber, era como si me hablaran de una persona a la que solía conocer. 
Como si fuese ese cascajo de un tipo al que si valía la pena querer.

Ese sentimiento de melancolía no lo tomaba más que con tequila a las 3 am. Ahí dejaba que me inundara y luego lo desaparecía en la resaca. 
Me repetía constantemente que no puedes extrañar a alguien que ya no existe. Que lo único que te queda para poder torturarte son recuerdos por desgracia, los tengo escrito en todos lados. Pésima forma de querer olvidar a alguien. 

Siento que despúes de muchos años había sanado completamente, tanto que hace unas noches recé por él. Cosa no muy propia de mi. Cuando mis amigos me lo nombraba siempre les decía "No ando por la vida deseandole el mal, pero tampoco le deseo el bien", siempre sentí que no se lo merecía. Pero al final del día yo no soy quien para juzgarlo. Así que mientras me lavaba las manos a las 2 am me acordé de él y pensé que tal vez, solo tal vez, no se merecía tanta mierda. y nació en mi las ganas de pedirle a Dios que lo ayudara con todo, con es hoyo gigantesco que represento en lo fisico sin saber que era lo que trae adentro, que lo iluminara, y por ultimo, por los viejos y buenos tiempos, que lo bendijera. Que en mí no habían más palabras de odio y que si alguna vez le había puesto una maldición con mis palabras, la levantara. 

A veces no merecemos los castigos que hemos escogido... o sí. 







viernes, 3 de febrero de 2023

La coleccionista.

 A cada cambio de foto de perfil yo le tomaba Screen y la guardaba. 

Cuando uno está enamorado guarda cosas tan insignificantes que no le ve lo malo. 

Ahora tenía una galería de fotos de él. Ninguna conmigo. Un ejemplo claro y amargo de lo que había sido esa situación. 

Yo lo contemplaba como si fuese el mismísimo David de Miguel Ángel. 

Tocayos. Que joda. 

Es más, llegué a pensar que como era posible que yo, una siempre mortal, le gustaba. Y yo toda hermosa. No les digo? Una enamorada está pendeja. 


El David falso con trasero de aspirina me rodeaba la mente, el WA, la galería y las notas de voz. Porque aparte de coleccionista hay algo de masoquista en mi. Escuchaba sus audios y no me cabía en la cabeza que no fuera cierto. Que no podía quererme. Que hdp. ¿Cómo cabe tanto en tan poquito? ¿Qué voy hacer yo, con una estatua de más de 5 metros, un cementerio de mensajes que leo y leo y audios que escucho en cíclico? 

Drama. A veces lloro con la música pero me acuerdo de todo y hasta parece que las lágrimas se me vuelven a meter. Me descompongo y compongo en 5 minutos. Que nadie sepa que sufro en mis ratos libres. 

Que hdp x2.

Y vale vale, que en el día todo cool, soy una persona capaz y consciente, pero llegar a mi casa después de un día entero me hace poner a Sabina y recordarme que olvidarlo me va a costar 19 días y 500 noches. Que hdp x3.

jueves, 26 de enero de 2023

La muerte de todos los Ángeles

Las cosas pueden ser no solo diferentes, si no mejores”


Hay varias maldiciones que persiguen la familia. El dinero de las herencias que jamás se queda entre los descendientes, la soltería eterna que aflije a las mujeres de la familia, los medios hijos y medios padres y mi persecución continúa de una parvada de ángeles que me tapan el sol.


Nunca debí confiar en un Ángel sietemesino. Melquiades de “100 años de Soledad” me lo advirtió. Las historias se repiten porque ya están escritas.

A veces el destino me encuentra sin que yo lo busque. Tantos *inserte aquí cualquier nombre + Ángel” que me he encontrado sin saber qué en el nombre llevan la penitencia. 

Soy hermana de un Ángel, hija de un Ángel, nieta de un Ángel, bisnieta de una Angelina, tataranieta de un Ángel, amiga de un Ángel, sobrina de una Angelina, prima de una Angelina, y ex-algo de una infinidad de Ángel mixteados con algún otro nombre que usan para que no salga corriendo. 

Mi primer Ángel me rompió el corazón muy joven, apenas si sabía andar en bici.

Hoy vuelvo al cementerio de las decepciones con unas alas cortadas y mi pala. Decidida enterrar al último Angel que dejare entrar en la comedia negra interminable que es mi vida. 


Creí poder evitar esta maldición con la devoción exagerada que Sally de hechizo de amor tuvo para matar a la chicharra y evitar que muriera el amor de su vida. 


Algunas maldiciones son difíciles de romper. Así estuviera llena de miel azúcar y canela en la punta de los dedos y hubiera sacado mi alma bruja.


Creo que mi magia trasciende la severidad de la realidad y se ahoga en maleficios de generaciones pasadas. Algo muy malo hicieron como para llevarse entre las patas a generaciones y generación posteriores.


He regado las flores artificiales que me puse en la tumba con lágrimas de fénix. No para que se cure ni para que reviva. Para que arda. Y que de las cenizas de las alas sean comidas por las cucarachas. 

Que no quede nada que pueda resurgir. 


No hay que ser maga ni bruja para saber que esto no va a revivir. 

A pensar de todos mis esfuerzos vanos de arreglar lo inarreglable, tal vez estoy destinada a no ser amada por lo Ángeles, tal ves son, como dije, una parvada que me tapa el sol. Pero ni uno más, así es y así será.