viernes, 9 de febrero de 2018

Con M de Morales 9/28

Con M de Morales.

Lo llevé al meollo del asunto.
A mi lugar favorito en toda la ciudad, a ese que había sido tan mío.

Cuando entramos le dije que llevaba como 7 años sin ir, y me preguntó que si algo había cambiado.

¾     Yo - le contesté. Yo era otra.

Eran como las 5 y había mucha gente, como mil de miles.
Me gustaba más cuando esta solo pero era lunes, de septiembre y la gente se quiere poner guapa para la boda de la Cuquis en diciembre.

Lo recordaba menos sano, con más noviecillos besándose, con menos familias, con más amor.  Era el mismo, pero yo ya no lo veía con los mismos ojos.

Lo quise llevar a mi lugar favorito dentro de mi otro lugar favorito. Ahí donde todo parece un jardín secreto y hay una fuente en medio y le dije que fuera y empecé a caminar por el caminito de tierra que me llevaba hasta ahí, caminé sin voltear la cara.

Cuando iba a medio trayecto noté que iba andando sola, que él se había quedado en la otra banca. Y regresé.

¾     Bueno, si no quieres ir no.
¾     Es que ahí da mucho el sol.

Yo le estaba enseñado lo más íntimo de mí, mi recuerdo más preciado, dónde yo había reído y amado un montón y a él le calaba el sol.

Él no lo sabía, pero era un pendejo. Yo no había ido en 7 años porque simplemente no había sido tan valiente para enfrentar todos los recuerdo que me traía y con él me sentía más valiente.
Ese lugar me recordaba a otra persona, una que había sacado hace un tiempo, pero quien me hacía muy feliz, me hizo muy feliz. Y a él le calaba el sol. Estaba perdido en su celular, viendo sabe que cosas. Me dieron ganas de llorar, por todo, por él, por mí, por todo.

Sí debí regresar ahí, si debí enfrentar todos los fantasmas, pero debía haberlo hecho con alguien que me quisiera, no ese ente sentado ahí, ocupando un espacio. Él no era mío, ni lo sería y para serles sincera ni siquiera sabía si quería que lo fuese. 

Le aventé las llaves y le dije que nos fuéramos, y el preguntó por qué… Porque él nunca sabe nada, pasan dos cosas al mismo tiempo, las que él ve y las que yo pienso. Él siempre esta tan atrás en estas conversaciones.

Me puse los lentes y empecé a caminar. Unas lágrimas se asomaron, fue un desperdicio de tiempo. No puedo tapar un amor perdido con uno genérico.


Él era el genérico y lo seguiría siendo. Por siempre.  

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