Con M de
Morales.
Lo llevé al
meollo del asunto.
A mi lugar
favorito en toda la ciudad, a ese que había sido tan mío.
Cuando
entramos le dije que llevaba como 7 años sin ir, y me preguntó que si algo
había cambiado.
¾ Yo - le contesté. Yo era otra.
Eran como
las 5 y había mucha gente, como mil de miles.
Me gustaba
más cuando esta solo pero era lunes, de septiembre y la gente se quiere poner
guapa para la boda de la Cuquis en diciembre.
Lo recordaba
menos sano, con más noviecillos besándose, con menos familias, con más
amor. Era el mismo, pero yo ya no lo
veía con los mismos ojos.
Lo quise
llevar a mi lugar favorito dentro de mi otro lugar favorito. Ahí donde todo
parece un jardín secreto y hay una fuente en medio y le dije que fuera y empecé
a caminar por el caminito de tierra que me llevaba hasta ahí, caminé sin
voltear la cara.
Cuando iba
a medio trayecto noté que iba andando sola, que él se había quedado en la otra
banca. Y regresé.
¾ Bueno, si no quieres ir no.
¾ Es que ahí da mucho el sol.
Yo le estaba
enseñado lo más íntimo de mí, mi recuerdo más preciado, dónde yo había reído y
amado un montón y a él le calaba el sol.
Él no lo
sabía, pero era un pendejo. Yo no había ido en 7 años porque simplemente no
había sido tan valiente para enfrentar todos los recuerdo que me traía y con
él me sentía más valiente.
Ese lugar
me recordaba a otra persona, una que había sacado hace un tiempo, pero quien me
hacía muy feliz, me hizo muy feliz. Y a él le
calaba el sol. Estaba perdido en su celular, viendo sabe que cosas. Me dieron
ganas de llorar, por todo, por él, por mí, por todo.
Sí debí
regresar ahí, si debí enfrentar todos los fantasmas, pero debía haberlo hecho
con alguien que me quisiera, no ese ente sentado ahí, ocupando un espacio. Él
no era mío, ni lo sería y para serles sincera ni siquiera sabía si quería que
lo fuese.
Le aventé
las llaves y le dije que nos fuéramos, y el preguntó por qué… Porque él nunca
sabe nada, pasan dos cosas al mismo tiempo, las que él ve y las que yo pienso.
Él siempre esta tan atrás en estas conversaciones.
Me puse los
lentes y empecé a caminar. Unas lágrimas se asomaron, fue un desperdicio de
tiempo. No puedo tapar un amor perdido con uno genérico.
Él era el
genérico y lo seguiría siendo. Por siempre.
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