miércoles, 7 de febrero de 2018

¿Y qué pasa si ya nunca me enamoro? 7/28

¾     ¿Y qué pasa si ya nunca me enamoro?
¾     ¿No crees que estas muy joven para andar diciendo “nuncas” y “siempres”?
¾     No contestaste mi pregunta.
¾     Te vas a enamorar perdidamente de… alguien.
¾     ¿De quién?
¾     No lo sé, de un ingeniero, supongo. Te gustan los ingenieros ¿no?
¾     A veces, cuando están sobrios y son honestos, pero casi nunca pasa al mismo tiempo.
¾     Así te gustan ¿no?... como tu amigo.
¾     Él no me gusta… ya no.
¾     ¿Recuerdas cuando me hablaste y me dijiste que eras poquita cosa para él?
¾     ¿Por qué tu solo te acuerdas de cuando te hablo en mis 5 minutos de estupidez?
¾     ¡Estabas loca! y ahora ¿qué pendejo te gusta?
¾     El mismo de siempre, pero me gusta que te llames a ti mismo pendejo.
¾     Tienes que dejarme ir.
¾     ¡Pero si ya te fuiste!, que yo sepa nunca has necesitado mi permiso para largarte. Te es muy fácil.
¾     Tú piensas que todo me es fácil.
¾     Así lo aparentas.
¾     Nunca te compusiste. Como te gusta pelear.
¾     ¿Algún día dejaremos de reclamarnos cosas?
¾     Supongo que sí, cuando te enamores de alguien.
¾     Eso nunca va a pasar. Ya se me acabó el amor que me tocaba.
¾     No seas dramática.
¾     Además ya sabes que me es difícil confiar en los hombres.
¾     ¿Por qué?
¾     No lo sé, no les creo.
¾     Es que te han tocado muchos mentirosos.
¾     Ni siquiera es eso. Creo que no creo que me quieran.
¾     Pides demasiadas cosas.
¾     Claro que sí, ¿no crees que las valgo?
¾     Sí, pero si se las pides a alguien que no te conoce va a pensar qué ¡pides demasiadas cosas!
¾     Ellos se lo pierden.
¾     Además te gustan los fresitas.
¾     Y a ti las zorras, pero yo no te reclamo nada de tus gustos, no creas que se me olvida la lista de tus “novias” que no te pudieron ser fieles, ¿quién es el tonto ahora?
¾     Sigues siendo tú la tonta.
¾     Tal vez también pueda culparte de eso.
¾     Tú fuiste quien mandó todo a la chingada.
¾     Por Dios santo que tú no tienes madre, he dejado de contar las veces que tú me rompiste el corazón.
¾     Estamos empatados, te encanta complicar las cosas.
¾     Las cosas entre nosotros siempre han sido complicadas.
¾     Deberías irte de aquí.
¾     ¿Y huir de todo? Creo que eso se te da mejor a ti que a mí.
¾     Yo no huí, yo busqué algo mejor. Te estas pudriendo de querer tanto a tu pueblo.
¾     A ti se te olvidó el camino para llegar a tu casa y uno no abandona lo que ama.
¾     No te abandoné.
¾     Tú no me amas, no te confundas. Ni me amaste. Ya olvídalo, no quiero hablar de eso.
¾     Tú empezaste.
¾     Ya basta.
¾     ¿Quieres comer?
¾     Siempre.
¾     ¿Caminamos?
¾     Bueno.

Para serles muy honesta no sé si esta es una conversación entre dos personas o es una con dos partes de mí.
A veces siento que uno termina por convertirse en eso que ama, en quién uno ama y ya no distingue entre lo que realmente pasa y lo que piensa que pasa.
Y para serles aún más honesta no sé cuál es la diferencia.
¿Qué es más importante? ¿Lo que vive en mi mente o que lo pasa en realidad?
Al final de día, uno solo recuerda lo que quiere recordar, no importa si pasó o no. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario