domingo, 18 de febrero de 2018

Los besos de las primeras veces 17/28

Los besos de las primeras veces.

Mi mamá quería ser periodista, me lo dijo hace muchos años, quería ser periodista y estudiar en Guanajuato.

La vi sentada en las escaleras de la universidad de Guanajuato la primera vez que fui y jamás entendí porque le gustaba eso. Guanajuato era de viejitos y enamorados y yo no estaba ninguna de las dos.

Guanajuato se robó mi primer beso, en el callejón del beso, con un niño que no me gustaba.

Debí saber desde entonces que me gusta arruinar las primeras veces en mi vida.

Todo fue porque nos envolvió la historia de dos amantes que se besaban por sus balcones; él pagaba un peso todas las noches para poder subir y darle un beso de buenas noches a su amada y era eso, precisamente, un peso, todo lo que él ganaba en un día, un hombre que lo daba todo por un amor.

Un niño que hablaba cantadito nos la contó y fue ese mismo niño quien nos dijo que si pasabas por el callejón y no besabas a alguien tendrías 15 años de mala suerte en el amor pero que si besabas a alguien serían 7 años de buena suerte.

Estaba la mamá del niño ese, ella me pidió que lo besara. Que él me quería mucho, que solo era un beso inocente.

Recuerdo que quiso meter su lengua en mi boca y yo puse cara de auxilio, todos mis compañeros de la primaria tomaron fotos de eso. El “romance” de años dónde me mandaba recaditos y me regalaba cosas había concluido con un romántico beso en el callejón de la leyenda.

Yo lo besé porque en verdad creía en que tendría 7 años de buena suerte. La superstición me había empujado a pasar un mal rato por 7 años de buenos ratos. Tenía 11 años.

Supongo que no puedes hacer trampa en esas cosas, que no puedes besar a un tipo solo por tener mejor suerte, así que me he chutado ya 13 años de mala suerte y me faltan solo dos, que tendré que pagar con pura y mera resignación.

 Después de la primaria no supe mucho más de él.  Creo que se casó o tuvo hijos, no lo sé a ciencia cierta. A veces me lo encuentro en la calle y él se sordea de una manera monumental, espero que a él le hayan sido efectivos los años de buena suerte, que no haya tenido que pasar lo que me tocó a mí y que recuerde, por lo menos, dentro de su infantil memoria que él se quedó con mi primer beso.




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