lunes, 19 de febrero de 2018

Exceso de sonrisas 16/28

Exceso de sonrisas.

¾     Ni siquiera es guapo.
¾     ¿Entonces?
¾     Es demasiado serio y esta así, como me gustan…
¾     ¿Cómo?
¾     Morenito y tiene esa sonrisa.
¾     ¿Cuál?
¾     Su sonrisa encantadora.
¾     Ah…. Y te gusta …¿la mia? Él y yo somos familia.
¾     ¿Cuál de tus sonrisas?,¿la que pones cuando te cacho en una mentira, la que pones cuando algo te da risa, la que pones cuando estas ebrio, la que pones cuando nos quedamos viendo hasta que reventamos, la sonrisa que pones cuando estamos de acuerdo o la que pones cuando andas coqueto?
¾     Pues no se cual, ¿tengo tantas sonrisas?
¾     Jajajajajaja, sí y no me gusta ninguna.

Mentí descaradamente, no quería inflarle más el ego, con el que se carga tiene y aunque al principio era divertido al final, en las noches, ya no tenía de que reírme. Me quedaba la ansiedad.  

Estaba solo yo, en ese espacio que parecía tan grande unos días y otros sentía que mis pies tocaban las paredes, que si me movía un poco, tiraría todo y que mi cama era así como un desierto gigante con una yo tan pequeña que me perdería entre los granos de arena.  

Me sentí triste, por un segundo lo consideré y tomé mi celular.
<<Un falso amor a veces es mejor que ningún amor>>
<<¡No!>>  me detuve, saldría mal, para mí sería un juego y para él (si es que era sincero) una decepción.
Así que recorrí mis contactos y quise marcar a un número fuera de mi área, tenía miedo de que no me contestara y ese mismo miedo que me lleva persiguiendo tantos años fue el que me hizo no hablarle.
<<Si quisiera él me hubiera hablado>>

Podría hablarle a mis amigos… los casados. A las 12:00am. Era mala idea también, podría hablarle a mi amiga eterna, despertarla, pero sabía perfecto que ella lidiaba ahora mismo con sus propios demonios.

Quedaba uno. Uno del cual si quisiera escuchar su voz, pero… él juega sucio, no quería ahorcarme a mí misma con sus mentiras y terminar enterándome por terceros que era yo quien estaba ahí, buscándolo, aunque fuera para una consulta sentimental. Eso me hizo recordar que ni madres que le marcaba.

Había más amigos, pero ninguno con el que en realidad quisiera hablar.
Al final después de tanto amor, lo único que me quedaba era el mío, así que me puse en pose de resignación.
Y hablé con migo, con Dios, con el universo y terminé con migo, otra vez.

Me deje la puerta cerrada, no tenía ganas de esperar a nadie y peor que eso no había a nadie que a quien yo quisiera esperar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario